Un aliado en el camino

Un aliado en el camino

Con esta entrada empiezo una nueva etapa del blog del Rincón de Ismael, mi Rincón. En la misma línea de saborear el ahora tenga el gusto que tenga, damos un paso más para hablar de una emoción que a menudo nos visita, incluso sin ser demasiado conscientes. Preferimos esconderla en el zulo, con el resto de emociones que hemos catalogado como malas.

Sientes que tu vida es monótona? Vives en la apatía?

Tienes una sensación extraña y no sabes muy bien que es?

En las próximas entradas os invitaré a enfadarse de verdad. «¿Qué dice este sonado? -pensareis ahora-. Sólo faltaría que ahora tengamos que pasar el día de morros». Hace unos años yo mismo hubiera respondido en cierto grado afirmativo estas tres preguntas que os he planteado. Mi hiperactivismo social -tanto valorado-, era también una manera de distraerme para no mirar mi interior. De hecho ni era consciente de la necesidad, ni sabía cómo hacerlo. Además, había aprendido durante años que sentir y expresar rabia era algo que hacían los niños malos.

Una crisis existencial y una llaga de estómago fueron los bienaventurados detonantes que me hicieron parar y entrar dentro, observar y escuchar desde la curiosidad. Descubrí como estaba de enfadado con aspectos de mi vida que no me acababan de gustar. En esta nueva etapa del blog y del proyecto os propongo ir adentrándonos en este enojo, para ver cómo, si lo liberamos del zulo, la escuchamos, lo presentamos en sociedad y le invitamos a la fiesta, se puede convertir en el nuestro mejor aliado.

Así pues, mi invitación a enfadarnos, tiene más un significado de hacer un acto de sinceridad con nosotros mismos para poder reconocer si estamos enfadados, para entonces, poder aprovecharnos de la fuerza del enojo hacia posibles cambios, para enfocarnos hacia la motivación. Le he querido llamar enfado-accionarse.

Siento la necesidad de hacer por adelantado un acto de humildad y transparencia. No me siento ningún gurú de ninguna cosa ni nada que se le parezca. De hecho, hace tiempo que dejé de creer en supuestos gurús, porque percibo que al final todos y todas -tú también- tenemos unos dones, alguna historia que contar, y algo para aportar al mundo. Lo que si que tengo, además de mis dones, una historia de la que he hecho aprendizajes que me apetece compartir por si, tal vez, te resuenan y resultan inspirador. Cómo? Mediante este bloque -que me gustaría fuera muy interactivo-, mediante los cuentos personalizados que podeis ir encontrando en la tienda virtual, con los cuentos a medidacon tallerescon sesiones individuales.

Recibe un sentido abrazo

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